Ha tenido mucho arraigo en México, concretamente en el Puerto de Veracruz, a donde lo llevaron los inmigrantes cubanos, y actualmente forma parte importante de la cultura y tradiciones de dicha ciudad, donde ha sido adoptado como un elemento propio de su identidad.
En el Distrito Federal ha causado gran impacto, actualmente se concentran en esta ciudad la mayor cantidad de bailadores, músicos danzoneros, salones y plazas para bailarlo.
El término utilizado en México para una orquesta de danzón es danzonera. Las agrupaciones de mariachi también interpretan danzones
Danzones mexicanos
- "Nereidas" Amador Pérez Torres "Dimas"
- "Juárez" Esteban Alfonso
- "Paludismo agudo" Esteban Alfonso
- "Acapulco" Gus Moreno
- "Pulque para 2" Gus Moreno
- "Mocambo" Emilo Renté
- "Teléfono a larga distancia", Aniceto Díaz
- "La Negra" Gonzalo N. Bravo
- "Playa Suave" Ernesto Domínguez
- "Salón México" Tomás Ponce Reyes
- "Acayucan" Macario Luna
En la primera y segunda década del siglo XX el danzón comenzó a perfilar su forma definitiva e incorporar elementos de otros ritmos y géneros cubanos, principalmente del son. El musicólogo Helio Orovio en uno de sus textos nos dice que "En el 1910, José Urfé, compositor, director y clarinetista, revoluciona el danzón cubano al insertar, en su parte final, un montuno de son al estilo de los figurados de los treseros orientales". Este danzón fue titulado "El bombín de Barreto".
Surgieron creadores como Raimundo Valenzuela, Enrique Peña, Chencho Cruz, Corbacho, Felipe Valdés, Antonio María Romeu, Eliseo Grenet, Ricardo Reverón y Pablo O'Farrill, que con sus aportes mejoraron el aspecto interpretativo.
Comenzando el segundo cuarto del siglo XX, se desarrollaron en Cuba excelentes orquestas en la interpretación de danzones como la de Antonio María Romeu, en la que tuvo una destacada participación como cantante Barbarito Díez.
Fuera de alguna innovación de tipo instrumental el danzón no sufrió alteraciones hasta que el matancero Aniceto Díaz mezcló varios elementos del mismo con otros del son y creó su danzonete en 1929.
Siguiendo con la influencia del son Orestes López, contrabajista de la orquesta "Arcaño y sus Maravillas", crea su "Danzón Mambo" en 1939 al que le incorporó al final del danzón un motivo sincopado como el del "Tres" en el son dando origen a un nuevo estilo rítmico en el danzón que alcanza su mejor definición en el mambo, de Peréz Prado y el cha-cha-chá de Enrique Jorrín.
El son montuno, ritmo que surge en la zona oriental de Cuba y que sustituyó paulatinamente la popularidad del danzón entre los bailadores, generó tal aceptación al llegar en la primera década del siglo XX a La Habana que con los años se convirtió en el género musical cubano más influyente de ese siglo en el ámbito nacional e internacional, dejando al danzón y su baile como "mUúsica del pasado